-¿Dónde está?
- Ha salido hará unos 5 minutos. Me ha dicho que no ha entrado a despedirse de ti, que estabas cambiándote. Llevaba algo de prisa. Hoy no le recogen en la puerta de casa, sino un poco más arriba porque...
No le dio tiempo a terminar la frase, ella ya cogía el pomo de la puerta y salía corriendo. No se molestó en coger el ascensor y bajó los cinco pisos corriendo. Al llegar al portal, eligió el camino opuesto a la escuela y corrió cuesta arriba, dejándose el alma unos metros atrás. Había dado todo el aliento por él cuando llegó al cruce y el semáforo acababa de ponerse en verde. Le gritó y por fin se giró.
La sonrió y se acercó a ella conservando ese dulce gesto. La abrazó y la besó en la mejilla. Ella, intentando recuperar algo de aire, despegó los labios.
-Que tengas un buen día, Papá.